La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha defendido con vehemencia la imagen de España como un país solidario y exento de racismo. Sin embargo, sus recientes declaraciones que la sitúan en el negacionismo del racismo y la gestión migratoria actual plantean preguntas cruciales sobre esta afirmación.
“España no es un país racista, otra cosa es que hay determinadas declaraciones y grupos políticos que hacen cierta apología del racismo y de la xenofobia. Pero nuestro país es un país solidario, para nada racista”, ha declarado la ministra Elma Saiz en una entrevista con EFE. Saiz también se autodenomina defensora de la gestión migratoria española, declarando que la llevará «como bandera.
Su visita programada a Canarias junto a la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sugiere un intención de conocer ‘in situ’ la realidad que viven los migrantes en la región, donde hasta el 30 de noviembre han llegado 35,410 personas.
Tal vez esa visita pueda mostrarle la verdadera realidad en Canarias, que presenta un panorama desafiante y es una prueba tangible del racismo estructural que permea las políticas migratorias. Aunque Saiz asegura que el sistema de acogida no está tensionado, la situación de 2,400 personas en una red diseñada para 6,000 plazas plantea dudas sobre la eficacia de las medidas implementadas.
Ante esta emergencia, el Gobierno agilizó traslados a la península, con 14,000 personas derivadas. Sin embargo, con aproximadamente 40,000 inmigrantes aún en el sistema de acogida, surge la pregunta: ¿son suficientes estas medidas para abordar una crisis humanitaria?
La atención a los menores no acompañados añade una complejidad adicional al panorama migratorio en Canarias, generando una capa más de preocupación. La ministra, Elma Saiz, enfrenta la realidad de más de 4,700 menores bajo tutela en Canarias, una cifra significativa que destaca la magnitud del desafío humanitario.
¿Declaraciones irresponsables o ignorancia?: Un debate fundamental sobre el racismo en España
Las declaraciones de la ministra Elma Saiz negando el racismo en España, parecen desconocer la realidad del país. Basta con analizar los discursos xenófobos alarmistas de Vox, la complicidad del PP y el respaldo de buena parte de la sociedad española respecto a la inmigración. Estos discursos de odio, que luego convierten en políticas antiinmigración, deberían dar una imagen nítida del racismo en España.
La ministra argumenta que estas posturas xenófobas son solo inherentes a ciertas ideologías, como si fueran algo residual. Este tipo de posicionamientos harían saltar las alarmas sobre quién está liderando un ministerio de inmigración desde una posición supuestamente progresista.
La realidad del racismo en España se contradice con la narrativa oficial. Aunque Saiz niega rotundamente que el país sea racista, sus propias palabras reconocen la existencia de ciertas discursos y grupos políticos que hacen «apología del racismo y de la xenofobia».
Esta dicotomía plantea la cuestión fundamental de si es suficiente considerar a España un país solidario cuando se enfrenta a expresiones evidentes de xenofobia y racismo. Más aún cuando es de sobra conocida la abismal diferencia de trato político, mediático y social en la acogida de refugiados ucranianos en comparación con los refugiados provenientes de África.
Enfrentando los «brotes xenófobos»: el nuevo pacto de Migración y Asilo Europeo y la regularización de migrantes
La ministra Elma Saiz insta a responder a los que considera «brotes xenófobos» con trabajo, acción política, pedagogía y condena a cualquier atisbo de violencia. Sin embargo, surge la interrogante sobre cómo se puede lograr esto cuando la propia administración no solo niega el racismo sino que también su gobierno es señalado de inacción frente a la xenofobia y falta de políticas claras para abordar los discursos de odio.
En este contexto, se requiere una evaluación profunda de las medidas específicas que el gobierno está implementando para contrarrestar la xenofobia. ¿Existe un plan de acción concreto? ¿Se están destinando recursos suficientes? Estas preguntas son esenciales para comprender la eficacia de la respuesta gubernamental ante los «brotes xenófobos» y para determinar si se están abordando adecuadamente las raíces del problema.
Un ejemplo concreto son las políticas europeas en el contexto del nuevo pacto de Migración y Asilo europeo. Las políticas de asilo en Europa han experimentado un cambio significativo desde la crisis de refugiados de 2015. El anterior lema de «Bienvenidos Refugiados» ha sido reemplazado por posturas más estrictas, impulsadas por el auge de la extrema derecha, que ha ampliado su influencia en la política europea. ¿O es que tampoco Europa es racista?
El acuerdo propuesto permitiría endurecer las normas habituales en el proceso de concesión de asilo en circunstancias excepcionales, alargando, por ejemplo, los plazos de detención de los solicitantes en centros de detención. El nuevo Pacto de Migración y Asilo europeo, presentado por la Comisión Europea, ha resultado decepcionante e hipócrita.
Aunque se esperaba que garantizara protección a las personas que llegan al continente en busca de seguridad, en la práctica se critica por elevar muros en lugar de ofrecer protección. No hay una crisis migratoria en Europa, sino más bien una crisis de acogida y un fallo en la gestión de políticas de migración y asilo.
Con las negociaciones para el Pacto europeo de Migración y Asilo en la fase final, Elma Saiz se muestra confiada en encontrar «buenas soluciones». Pero, ¿son estas soluciones realmente efectivas para abordar las complejidades de la crisis migratoria actual? ¿O es una esperanza optimista en medio de una realidad compleja y desafiante?
Otro ejemplo concreto lo representa la ILP que propone la regularización de medio millón de personas que no tienen reconocimiento de derechos en España. Más de 600 mil firmas fueron presentadas en el Congreso, recogidas por movimientos sociales del país. Sin embargo, aunque fue defendida por diferentes partidos progresistas, y hasta apoyada y firmada por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido el propio PSOE quien ha frenado el impulso de la iniciativa.
Respecto a la iniciativa legislativa popular para regularizar a 500,000 inmigrantes, Saiz mostró prudencia, expresando la necesidad de “escuchar” a las organizaciones antes de tomar decisiones. Sin embargo, ¿esta disposición a escuchar se traducirá en acciones concretas que aborden las necesidades urgentes de las personas migrantes? “Los contextos internacionales no son siempre los mismos, tienen peculiaridades que nos pueden hacer adoptar decisiones distintas”, ha concluido la ministra.
Fuente: https://efe.com/
En este artículo:
- Racismo en España
- Crisis migratoria en Canarias
- Gestión migratoria en España
- Menores no acompañados en Canarias
- Racismo en la política española
- Pacto europeo de Migración y Asilo
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