En el poco regulado mundo de las ofertas laborales por internet, donde la esperanza se mezcla con la desesperación, Madrid se convirtió en el escenario de un perturbador episodio. Bajo la fachada de una oferta de trabajo aparentemente inocente, un depredador sexual acechaba, seleccionando a mujeres vulnerables y necesitadas. Este depredador, que ha sido recientemente condenado a 33 años de prisión, explotó la urgente necesidad de empleo de mujeres que, en su búsqueda de sustento, cayeron en una trampa siniestra.
L., una joven de 20 años, fue una de las víctimas de este depredador. Buscando empleo a través de una aplicación de ofertas laborales, se encontró con una oferta tentadora: camarera en un spa, con un salario que le permitiría mitigar su situación precaria. La necesidad apremiante la llevó a contactar con una supuesta empleadora, Raquel, quien actuaba como intermediaria para el misterioso jefe, Óscar.
Lo que parecía una oportunidad laboral convencional rápidamente se transformó en una pesadilla. En la primera conversación, Óscar solicitó fotografías íntimas para evaluar su ‘idoneidad’ para el trabajo. Además, concertó una cita en un spa en el barrio de Ventas. L. no tenía idea de que este paso la arrastraría a un abismo de agresión sexual y explotación.
El modus operandi del depredador sexual: mujeres jóvenes, vulnerables y migrantes en situación irregular
El patrón de selección era el mismo: jóvenes de 19 a 24 años, muchas de ellas de origen latinoamericano en situación de vulnerabilidad. «Si no haces esto, no hay empleo ni documentos», le expresó a K.
El individuo, cuyo nombre real es Agustín, llegó a utilizar hasta 40 números de teléfono diferentes y, dependiendo de la situación, se hacía pasar por Raquel o Susana durante la conversación, para luego convertirse en el hombre que las citaba. Las pretendidas entrevistas laborales tenían lugar en centros de masajes, spas y hoteles.
El miedo y la fragilidad impedían que las mujeres fueran a la policía; además, algunas de ellas estaban en España de manera irregular, lo que daba más poder al agresor, que sentía impune. Su conducta depredadora en la impunidad duró más de un año, durante el cual al menos unas veinte mujeres fueron víctimas. Finalmente, una mujer a la que había citado en un hotel en el centro de Madrid decidió denunciar la agresión en una comisaría, lo que llevó a destapar la larga serie de violaciones y humillaciones que llevó a cabo.
Este caso arroja luz sobre la vulnerabilidad de aquellas mujeres que buscan empleo, especialmente mujeres migrantes en situaciones precarias. La explotación laboral y el abuso sexual se esconden tras ofertas engañosas, aprovechándose de la urgencia económica y la falta de recursos. Esta vez la justicia ha condenado al agresor, pero es esencial abordar las grietas en el sistema que permiten que tales delitos ocurran.
Fuente: https://elpais.com/
En este artículo:
- Depredador sexual en Madrid
- Oferta de empleo engañosa
- Agresión sexual y explotación laboral
- Caso de abuso a mujeres vulnerables
- Trampas tras ofertas laborales
- Protección a personas en busca de empleo
- Condena por agresiones sexuales
- Seguridad laboral para mujeres
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