Las posibilidades de un cambio sustancial en el sistema de inmigración en Estados Unidos son escasas y, encarado con un Congreso dividido no puede esperarse que el presidente electo, Joe Biden, haga de las migraciones una prioridad como hizo Donald Trump, advierten expertos.
JOE BIDEN TIENE POCAS POSIBILIDADES
Una primera decisión de Biden podría dar por terminada es el llamado Protocolo de Protección de Migrantes (MPP), por el que EEUU envió a México y América Central a unas 60.000 personas que llegaron a la frontera pidiendo asilo y ahora aguardan el trámite de sus pedidos, dijo Doris Meissner, exdirectora del entonces llamado Servicio de Inmigración y Naturalización.
«Pero no se puede abrir las puertas de par en par», agregó.
«La orden de emergencia por la cual, desde marzo, las autoridades en la frontera pueden usar los criterios del Centro para Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para rechazar de forma expedita a los migrantes que puedan tener síntomas de covid-19 es otro caso de una medida por decreto», dijo Meissner.
«El futuro Gobierno de Biden no ha indicado qué hará con este decreto», agregó.
Musaffar Chishti, otro analista, reseñó las numerosas oportunidades en las últimas tres décadas cuando hubo expectativas de una reforma del sistema de inmigración de EE.UU. pero que, tanto con presidentes demócratas como republicanos, fallaron por la división partidista en el Congreso.
«Con un Congreso, otra vez, dividido y polarizado las perspectivas de algo sustancial son muy pocas», añadió.
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