¿Qué pasa con las miles de personas migrantes sin papeles que durante la crisis sanitaria, han estado trabajando incluso de forma clandestina, cuando no en explotación, en actividades esenciales, como el trabajo doméstico o la recogida de la fruta poniendo en riesgo su propia salud y seguridad física?
¿Es que acaso ellos no merecen ser considerados héroes? ¿Es que entonces no “es un acto de justicia reconocer que estas personas son dignas de ser reconocidas con algo tan sencillo como es la documentación de su situación administrativa que les permita trabajar en España”, como dijo el secretario de Estado de Migraciones? ¿Dónde está la solidaridad?