«Llama a la Policía y verás que no te hacen caso. Recuerda, yo soy español y tú eres una negra inmigrante» fue el mensaje de Valentín, de nacionalidad española, a Araceli (nombre ficticio), a la que hacía tan solo dos semanas le había ofrecido trabajo como interna en su casa y que, desde entonces, abusaba sexualmente de ella aprovechando su situación más que precaria: sin dinero y recién llegada de su país.
Las pruebas son escalofriantes y revelan que no era la primera vez que el tipo abusaba de mujeres a las que llevaba a trabajar a su casa. Ocurrió en Madrid entre abril y mayo de 2019. El depredador contactó con su víctima a través de internet: una mujer de origen peruano con hijos y un sinfín de dificultades económicas que acababa de llegar a España y ofrecía sus servicios como trabajadora del hogar a través del portal Milanuncios.
A los pocos días, ella estaba trabajando en el domicilio del acusado como interna. Cuenta elDiario.es que los abusos empezaron a finales de mes, mientras ella le servía la comida: «Qué rica estás», dijo el abusador a su víctima mientras le hacía tocamientos. Solo dos días después volvió a hacerlo y, además, le quitó el móvil y el pasaporte.
Conforme pasaban los días era peor: la víctima era sometida a más abusos, como ducharse con la puerta del baño abierta para que el agresor se pudiera masturbar.
En una ocasión, se llevó a la víctima en un viaje de trabajo a Fuengirola, donde la obligó a bailar desnuda bajo la amenaza de dejarla «allí tirada y sin dinero». Ella lo hizo «mientras lloraba», relatan los jueces.
Todo acabó en mayo, cuando el acusado abordó a la víctima cuando salía de la ducha mientras le decía «quiero olerte tu coño y que me chupes la polla». Araceli consiguió recuperar su teléfono móvil durante un forcejeo y se encerró en el baño para llamar a la Policía. Escapó de la casa en un descuido, descalza y a medio vestir, donde fue ayudada por una vecina hasta que llegaron los agentes.
La Justicia acaba de condenarlo a siete años y un mes de cárcel por delitos de abusos sexuales y lesiones y una multa de 540 euros por un delito leve de lesiones, además de la obligación de indemnizar a la víctima con más de 8.000 euros por las secuelas y los daños morales.
Los jueces tienen en cuenta a la hora de cuantificar la multa que “ha sido declarado solvente y es dueño de una tienda y titular de distintas fincas”.
La sentencia refleja cómo el condenado aprovechó la situación de vulnerabilidad de la mujer para conseguir que se sometiera a sus abusos, también con insultos racistas. En una ocasión, mientras ella imploraba ser dejada en paz, él contestaba: «Fue tan sexy verte llorar y bailar al mismo tiempo, me excita».
La sentencia también revela que no era la primera vez en que era arrestado por algo así. En 2018, pocos meses antes de los hechos, ya había sido detenido por supuesto abuso sexual, «por hechos de la misma naturaleza en relación a una persona extranjera que trabajaba como interna».
El cobarde ha recurrido la condena y solicita su absolución.
¿Sabías que en Poder Migrante tenemos disponible un Espacio de orientación jurídica y acompañamiento en extranjería?
En este espacio resolverás tus dudas y una comunidad te apoyará en tu proceso migratorio. ¡Únete! ¡Te contamos los detalles en este enlace!»
También apúntate a nuestra Lista de Correos para recibir nuestros artículos y próximas actividades. O bien contáctanos sin compromiso para solicitar una cita de asesoría individual personalizada con nuestra abogada especializada en extranjería.