Cada año unos 4.500 menores migrantes tutelados cumplen dieciocho años en España. Soplar las velas apaga la protección de la Administración y enciende una cuenta atrás que en ocasiones termina por convertir al joven extutelado en inmigrante sin papeles.
Tal es el caso de Anasse Bakkali, que llegó de Marruecos a los 16 años solo, y hace 3 meses cumplió la mayoría de edad. Ahora ha tenido que abandonar el centro que fue su hogar durante estos años: de un día para otro, a su nombre ya no le acompaña el apellido ‘MENA’ (Menor Extranjero No Acompañado) sino el de ‘JIEX’ (Joven Inmigrante Extutelado). Si para el día 15 no ha encontrado un trabajo, corre el riesgo de que no le renueven sus papeles y su estado pasaría a ser de ‘inmigrante irregular’. Por si fuera poco, la búsqueda de empleo se complica por la pandemia.
LA LEY DE EXTRANJERÍA SE ENDURECE PARA LOS MENORES MIGRANTES
Por norma general los jóvenes salen del centro con permiso de residencia, pero sin permiso para trabajar. Los primeros problemas surgen cuando hay que renovar la autorización temporal de residencia, pues deben presentar en la Oficina de Extranjería la documentación que acredite que cuentan con los medios económicos para su sostenimiento y un contrato de trabajo.
Además este año la Ley de Extranjería ha endurecido los requisitos exigidos a los menores migrantes para la renovación del permiso de residencia, que tienen que ser propios, y ya no pueden justificar ingresos derivados de prestaciones sociales o de asociaciones que los acogen.
“Estos requisitos imposibilitan que podamos renovar los permisos de los jóvenes como veníamos haciendo” comenta Elisabet Marco, directora de Hogares de Emancipación de la Fundación Amigó, en Valencia, “la situación de residencia la teníamos resuelta porque con los medios de vida del hogar renovábamos los papeles, ahora ya no vamos a poder hacer eso más”.
De acuerdo a encuestas de la Federación de Entidades con Proyectos y Pisos Asistidos (FEPA), de entre los 3.217 jóvenes que atendieron en 2018, sólo el 49% de los menores migrantes obtuvo el permiso de residencia, y el 12% el de residencia y trabajo.
La conclusión del presidente de la Asociación Marroquí para la Integración es rotunda: “cuando un menor no acompañado cumple 18 años, la comunidad se deshace de él, la mayoría de los jóvenes extutelados terminan viviendo en la calle”.
Muchos de los jóvenes terminan en situación de irregularidad, en extrema vulnerabilidad, acosados por los discursos de odio y violencias alentadas por la extrema derecha y con el peligro de que las autoridades les inicien un expediente de expulsión.
FUENTE:
https://www.newtral.es/situacion-menas-espana-mayor-de-edad/20201006/
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