La denuncia de un trabajador migrante amenazado con un arma y maniatado destapa una trama de explotación en Galicia, todas captadas a través del mismo portal web y con nacionalidades diversas: salvadoreñas, venezolanas, brasileñas, marroquís y uruguayas.
Ayad, trabajador migrante marroquí, acabó su primera jornada laboral en Galicia sobre las cinco de la tarde. Había estado recogiendo piedras en una finca en Tordoia, municipio cercano a Santiago de Compostela. Junto a otros tres trabajadores preparaba el terreno para cultivar hortalizas y legumbres. Al finalizar las labores, su patrón pasó a recogerlos. Pero aquel día de junio algo no iba definitivamente bien.
Ayad acabaría atado y abandonado de madrugada en medio del monte, tras ser amenazado con una pistola por haber grabado las condiciones y los lugares del trabajo. La Guardia Civil investiga ahora los hechos, bajo los que se escondía una trama de explotación y estafa de migrantes en ayuntamientos del entorno de la capital gallega.
La causa abierta por el juzgado de Ordes (A Coruña) llevó, en un inicio, a la prisión provisional sin fianza del empresario. Un mes después, salió en libertad provisional. Su segundo no llegó a ingresar. Nueve trabajadores migrantes han presentado denuncia –a seis los representa el sindicato Central Unitaria de Traballadoras (CUT)– y los investigadores acusan al cabecilla de presuntos delitos de «detención ilegal, amenazas, tenencia ilícita de armas y contra los derechos de los trabajadores». A su capataz oficioso le imputan «detención ilegal», que fue la que sufrió Ayad durante más de cinco horas de un día del pasado mes de junio, apenas concluido el confinamiento, por reclamar aquello que había acordado con el jefe.
ASÍ FUNCIONABA LA TRAMA DE EXPLOTACIÓN DE TRABAJADORES MIGRANTES EN GALICIA
La historia comenzó, según explican fuentes de la investigación, a finales del pasado junio con un aviso de busca de «trabajadores para el campo» en un popular portal de Internet. A él respondió Ayad, de origen marroquí y residente en el Levante peninsular desde hacía más de tres años. Con experiencia como peón agrícola pero en situación irregular, esta circunstancia fue lo primero que comentó a su empleador.
Este se ofreció para solucionarlo. Le tramitaría un contrato con el que demostrar su arraigo social a cambio de 2.500 euros. El salario que recibiría serían mil euros, horas extra aparte, por limpieza de fincas, recolección de hortalizas y replantación. Firmaron un contrato privado, semejante al de los otros ocho denunciantes, en un bar en los alrededores de la estación de autobuses de Santiago de Compostela. Ayad pagó, por transferencia y en metálico. No volvió a saber de ninguna de las gestiones comprometidas. Ni del dinero, claro.
Lo sucedido con Ayad y la denuncia que este interpuso destapó un modo de operar de la trama que han refrendado como mínimo otras ocho personas, todas captadas a través del mismo portal web y con nacionalidades diversas: salvadoreñas, venezolanas, brasileñas, marroquís y uruguayas.
¿Sabías que en Poder Migrante tenemos disponible un Espacio de orientación jurídica y acompañamiento en extranjería?
En este espacio resolverás tus dudas y una comunidad te apoyará en tu proceso migratorio. ¡Únete! ¡Te contamos los detalles en este enlace!»
También apúntate a nuestra Lista de Correos para recibir nuestros artículos y próximas actividades. O bien contáctanos sin compromiso para solicitar una cita de asesoría individual personalizada con nuestra abogada especializada en extranjería.
Comments 1