“Desde varios colectivos juveniles en Madrid sacamos este comunicado conjunto sobre lo sucedido en Ciudad Lineal y la necesidad de una respuesta antirracista y antipunitiva. No hace falta más seguridad, sino más políticas de juventud y ocio y menos abandono institucional.»
«El pasado 1 de abril tuvo lugar un tiroteo en el distrito de medios de comunicación y la Jefatura Superior de Policía de Madrid pronto atribuyeron a un ajuste de cuentas entre “bandas latinas”. Hace varios años, en la primera década de los 2000, los telediarios abrían casi a diario con peleas y conflictos callejeros entre Latin Kings, Ñetas o Trinitarios. Esta presencia constante en los medios de comunicación fue el caldo de cultivo perfecto para la difusión de mensajes racistas. Por un lado, se exageraba el número de conflictos entre las llamadas “bandas latinas”, y por el otro, no se explicaba el trasfondo, ni qué llevaba a los jóvenes a delinquir. Se atribuía la violencia a la “cultura” de sus países de origen y sólo se planteaba una solución: más policía y más cárcel.
Desde los colectivos antirracistas y antifascistas de Madrid no podemos permitir que esta historia de criminalización se vuelva a repetir. Somos conscientes de que estos conflictos van a ser aprovechados por la extrema derecha para seguir sembrando racismo y odio, y por eso es necesario ser contundentes y señalar la raíz del problema. La violencia siempre ha sido el síntoma de la desigualdad, la pobreza y el racismo. Lo que se llaman “bandas” o “pandillas” muchas veces son la única salida y lugar de acogida para jóvenes migrantes o hijos de migrantes que ven negada su ciudadanía y el acceso a recursos básicos en una España racista.
Desde los mismos colectivos y asociaciones que trabajan e investigan en las calles con jóvenes latins, fietas o trinitarios, como Transgang o Rumiñahui, denuncian el abandono institucional, la falta de inversión en políticas públicas de juventud y la falta de educadores sociales de calle y de recursos de ocio, entre otras cosas.
El señalamiento y condena pública de los jóvenes que forman parte de estos colectivos favorece el acoso y el asedio policial y la exclusión del espacio público por ser considerados siempre sujetos sospechosos. No podemos permitir que se nos venda que la solución a estos conflictos es policial, ni que se vincule exclusivamente con jóvenes latinos, cuando en la España de los ochenta ya había “bandas autóctonas” fruto también de la desigualdad social y la marginación.
Seguiremos construyendo barrios antirracistas y solidarios que señalan que la mayor violencia institucionalizada es el racismo, la desigualdad social y un sistema económico que mata.
Por una convivencia antirrepresiva y antipunitiva: habla con tus vecinas, no con la policía.”
Vía Moratalaz, D14
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