¿Está la sociedad transmitiendo adecuadamente a jóvenes migrantes o hijos de migrantes que la educación superior es una opción tan válida para ellos como para cualquier otro estudiante? Los datos muestran que no. Esta percepción errónea hace que muchos no continúen su formación más allá de la etapa obligatoria al no ver esa posibilidad dentro de sus expectativas vitales. Sin embargo, la experiencia del instituto de Barcelona Miquel Tarradell demuestra que, con el apoyo y estímulo adecuados, su potencial no es diferente al de ningún otro estudiante.
En este artículo analizaremos los obstáculos que enfrentan miles de estudiantes migrantes o hijos de migrantes en España a la hora de plantearse seguir estudiando tras el instituto. Veremos cómo la falta de referentes, las barreras externas y los prejuicios limitan sus aspiraciones, no una supuesta falta de capacidad. Asimismo, exploraremos el caso del Instituto Miquel Taradell en Barcelona, que con una gran mayoría de alumnado migrante está obteniendo un éxito significativo en tasas de continuación de estudios post-obligatorios.
Este modelo educativo inclusivo debería extenderse a otros centros para apoyar las trayectorias académicas de jóvenes migrantes en toda España. Es necesario que la sociedad les transmita, también desde las aulas, que perseguir sus aspiraciones académicas es tan legítimo como para cualquier otro estudiante.
Tabla de contenidos
- Sólo el 6% de jóvenes de ascendencia africana migrante acceden a la universidad
- Instituto Miquel Tarradell: un modelo educativo que derriba prejuicios
- Importancia de la continuidad educativa para jóvenes migrantes
- ‘Si ellos pueden, yo también’: historias que inspiran a soñar en grande
- Replicar el modelo, una cuestión de justicia social
Sólo el 6% de jóvenes de ascendencia africana migrante acceden a la universidad
Las personas nacidas en España de entre 25 y 29 años tienen una tasa del 32% con estudios superiores, cifra que disminuye al 23% en migrantes latinoamericanos y al 17% en los de origen asiático. Cuando se habla de jóvenes de ascendencia africana, este porcentaje se desploma hasta el 6%.
Estos datos del informe de Funcas evidencian la enorme brecha existente en el acceso a la educación superior en función del origen migratorio. Jazmin, una joven barcelonesa de 17 años hija de madre marroquí, es muy consciente de esa realidad adversa. Pese a tener muy claro desde pequeña que estudiará Derecho para convertirse en abogada penalista, sabe que ella misma será «la excepción» dentro de su colectivo.
«A los hijos de migrantes siempre se nos ha dicho que nuestros padres y madres han venido aquí para darnos un futuro», explica Jazmin. Esa deuda moral les motiva a seguir formándose. No obstante, las dificultades económicas de sus familias juegan en su contra. Ante la necesidad de aportar recursos al hogar, muchos se ven forzados a abandonar sus estudios y empezar a trabajar con apenas 16 años.
Según datos del informe Funcas, entre el 56 y el 74% de hijas e hijos de migrantes extracomunitarios de primera generación no llegan siquiera a cursar estudios secundarios. Es necesario tomar medidas urgente para revertir esta situación y garantizar la igualdad de oportunidades.
Instituto Miquel Tarradell: un modelo educativo que derriba prejuicios
Uno de los centros educativos que está obteniendo unos resultados esperanzadores en la reducción de la brecha educativa de jóvenes migrantes es el Instituto Miquel Taradell, ubicado en el barrio barcelonés del Raval. Con una población estudiantil conformada en un 95% por hijos e hijas de migrantes, el centro está consiguiendo que la mayoría de sus alumnos y alumnas continúen con estudios tras finalizar la educación obligatoria.
“Todos nuestros alumnos superan la ESO y siguen estudiando, ya sea en un PFI o en ciclos superiores. Pero la gran mayoría van a Bachillerato y luego a la selectividad”, explica Verónica Santos, directora del centro. Un logro muy significativo si consideramos que la tasa de abandono escolar prematuro en el colectivo migrante catalán ronda el 30% de media.
El enfoque de este centro es hacer sentir a sus alumnos y alumnas que «no están solos» y ofrecerles apoyo para continuar su formación.
Importancia de la continuidad educativa para jóvenes migrantes
Los programas educativos implementados en el Instituto Miquel Tarradell parten de la premisa de que garantizar el acceso a estudios post-obligatorios resulta clave para expansión de oportunidades de jóvenes migrantes.
La dirección y el profesorado del centro destacan la importancia de que estos estudiantes puedan continuar hacia etapas como el bachillerato o la FP para ampliar sus expectativas vitales.
Del mismo modo, los testimonios de alumnos recogidos expresan su firme aspiración a seguir formándose, conscientes de los limitantes de abandonar sus estudios prematuramente.
Por ello, el Instituto Miquel Taradell despliega múltiples iniciativas para fomentar la continuación formativa de su alumnado migrante con bastante éxito.
‘Si ellos pueden, yo también’: historias que inspiran a soñar en grande
Uno de los proyectos que el Instituto Miquel Tarradell lleva realizando desde hace cinco años es el ‘Escola en Residència', una colaboración con el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) situado a 300 metros del centro educativo.
Cada semana, los alumnos de primero de Bachillerato acuden a este centro cultural para realizar dos asignaturas de dos horas cada una. A las sesiones acuden profesionales de éxito como la filósofa Marina Garcès o la cantante Maria Arnal.
Según explica Susana Arias, coordinadora del proyecto, la idea es acercar los equipamientos culturales del barrio a jóvenes que normalmente no participan en ellos, y mostrarles que estos espacios también les pertenecen.
Para estudiantes como Hassan, de 17 años y familia pakistaní, poder conocer de primera mano las trayectorias de estas figuras es muy valioso, ya que les sirve de gran estímulo y les abre perspectivas de futuro.
Replicar el modelo, una cuestión de justicia social
La experiencia del Instituto Miquel Taradell, donde casi un 95% del alumnado es migrante, apunta a que fomentando la motivación y creando redes de apoyo, pueden alcanzarse buenos resultados académicos con este colectivo.
Cabe destacar que prácticamente todo su alumnado supera la ESO y continúa estudiando. Además, más de un 90% de quienes se presentan a las PAU las aprueban, una cifra muy superior a la media.
Sin embargo, los datos oficiales reflejan que este caso dista de ser la norma en el resto del país. Persisten grandes brechas en el acceso a la educación superior de jóvenes migrantes.
Ante esta realidad, experiencias positivas como esta deberían analizarse para extraer aprendizajes aplicables en otros centros educativos con similares características. El enfoque de ofrecer acompañamiento, recursos y referentes parece ser una vía prometedora para activar su continuidad formativa que las Administraciones Públicas podrían impulsar.
Fuente: https://www.eldiario.es/
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