Un reciente artículo publicado en el periódico Levante EMV expone la difícil situación que viven cientos de personas migrantes en la ciudad de Valencia.
La información revela que alrededor de 300 inmigrantes malviven actualmente bajo los puentes del río Turia en la capital valenciana. La gran mayoría son jornaleros magrebíes y subsaharianos que llegan a la ciudad para la campaña de recolección de la naranja. Cobran tan solo 2 euros la hora por su trabajo en los campos citrícolas, en jornadas laborales extenuantes que llegan a durar 11 horas.
La explotación y marginación de los temporeros inmigrantes en Valencia
Como señala el artículo, muchos de estos temporeros llegaron a España siendo menores de edad, ocultos en los bajos de camiones o en peligrosas travesías en patera. Ahora, ya adultos pero aún indocumentados, se ven abocados a dormir al raso y a aceptar condiciones de semiesclavitud en el sector agrario.
Muchos de ellos duermen a la intemperie y no tienen acceso a condiciones higiénicas básicas. Abdú, un joven de 18 años recién salido de un centro de menores, tiene una grave infección dental pero no sabe dónde acudir para que le curen. Su situación es un ejemplo de las duras condiciones en las que malviven estos temporeros.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Valencia no solo no les ofrece alternativas habitacionales dignas, sino que desaloja continuamente sus campamentos improvisados. La postura de la alcaldesa María José Catalá es particularmente alarmante, ya que llegó a amenazar con construir estanques bajo los puentes para impedir que se instalen allí, en lugar de buscar soluciones humanitarias.
Esta respuesta denota un racismo y criminalización institucional inaceptable por parte de las autoridades locales. Lejos de proteger los derechos humanos, el consistorio valenciano opta por el camino de la represión, profundizando la exclusión de un colectivo ya vulnerable.
La lucha de los inmigrantes por una vida digna en Valencia
Los migrantes entrevistados claman por oportunidades laborales justas y por la regularización de su situación administrativa. Muchos de ellos llevan años contribuyendo con su trabajo al desarrollo de la economía española, pero siguen sufriendo exclusión, racismo y la negativa reiterada a sus demandas de arraigo.
Este desolador panorama evidencia la necesidad urgente de revisar las políticas migratorias y de extranjería en nuestro país. Es inaceptable que quienes sostienen con su esfuerzo sectores tan importantes como la agricultura sigan condenados a la marginalidad, la precariedad y la falta de derechos.
Muchos de estos inmigrantes provienen de países como Marruecos, donde previamente también trabajaron en condiciones de explotación en campos de naranjas para reunir el dinero necesario para emigrar. Es un ciclo de abuso laboral que se repite aquí.
Incluso hay casos de inmigrantes asentados desde hace años en España que ganan un salario digno pero no encuentran vivienda por racismo y discriminación. Es el caso de varios ghaneses que malviven en una fábrica abandonada pese a tener ingresos de 1.000 euros mensuales.
Urge transformar las políticas públicas para proteger los derechos de las personas migrantes
La realidad expuesta es una muestra de las fallas sistémicas en la protección de los derechos de las personas migrantes. Los testimonios recogidos en el artículo evidencian la urgencia de revisar y transformar las políticas públicas para garantizar condiciones laborales justas, acceso a servicios básicos y oportunidades reales de integración para estas personas que sostienen sectores claves de la economía española.
Se necesitan medidas contundentes para erradicar la explotación, combatir la discriminación y promover una cultura de respeto a la diversidad. De no implementarse pronto cambios profundos, seguiremos siendo cómplices de un sistema que permite y perpetúa la desigualdad y el racismo. ¿Hasta cuándo legitimaremos este trato indigno hacia seres humanos cuyos derechos son pisoteados día a día?
¿Qué puedes hacer tú?
Estas son algunas acciones que puedes realizar para cambiar la situación de los temporeros migrantes:
- Exigir al Ayuntamiento de Valencia y a la Generalitat Valenciana implantar políticas de protección de los derechos de los temporeros inmigrantes.
- Exigir al gobierno de España a regularizar a las personas migrantes sin papeles.
- Difundir y denunciar en redes sociales la situación de explotación que sufren para crear conciencia social al respecto.
- Donar a organizaciones que proveen ayuda humanitaria directa a los jornaleros/as inmigrantes (alimento, atención médica, aseo, etc).
- Participar como voluntario/a en campañas que reparten víveres y dan acompañamiento a temporeros para facilitar su integración.
- Denunciar la explotación laboral de las personas migrantes y apoyar buenas prácticas laborales en la agricultura.
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