¿Cuántas veces hemos escuchado hablar de la lucha contra el racismo y políticas antirracistas como una prioridades en España? Probablemente pocas, a pesar de ser un tema crucial para la salud de nuestra democracia.
En un artículo reciente publicado en el diario Público, Rita Bosaho Gori, exdiputada en el Congreso y exdirectora General para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial del Ministerio de Igualdad, nos invita a reflexionar sobre esta asignatura pendiente en nuestro país.
Bosaho Gori aprovecha la ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial para señalar la falta de debate y concienciación social sobre este problema. Los medios de comunicación a menudo invisibilizan las voces de las personas que sufren el racismo en primera persona, mientras que los poderes públicos reproducen prácticas discriminatorias que contradicen sus propios discursos de igualdad.
¿Cómo podemos avanzar hacia una sociedad más justa si no situamos la lucha antirracista en el centro de nuestras prioridades democráticas?
Tabla de contenidos
- Rita Bosaho Gori: una voz legitimada y necesaria en la lucha antirracista institucional
- El racismo sistémico y la falta de políticas antirracistas en las instituciones españolas: un diagnóstico preocupante
- La diversidad étnico-racial en las instituciones democráticas: avances frágiles y nuevas amenazas
- Propuestas urgentes para situar el antirracismo y las políticas antirracistas como prioridad democrática en España
- ¿Puede la sociedad española hacer frente a su racismo estructural? Reflexiones para un futuro antirracista
Rita Bosaho Gori: una voz legitimada y necesaria en la lucha antirracista institucional
Para entender la relevancia de las reflexiones de Rita Bosaho Gori, es importante conocer su trayectoria vital y profesional. Como ella misma cuenta en el artículo, fue la primera mujer afrodescendiente en ser diputada en el Congreso español y ocupar cargos de responsabilidad en la Administración, entre ellos la Dirección General para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial del Ministerio de Igualdad. Desde ese puesto, impulsó políticas y marcos de comprensión novedosos para combatir la discriminación racial en nuestro país.
Sin embargo, Bosaho Gori también relata las resistencias y dificultades que encontró en las instituciones para situar la lucha antirracista en la agenda política. Su nombramiento fue recibido con disputas dentro del propio movimiento antirracista, y su condición de mujer racializada en un cargo de responsabilidad generó incomodidad en ciertos sectores.
Estas experiencias le llevan a denunciar la falta de diversidad étnica y de conciencia antirracista en los espacios de representación política. ¿Cómo puede la democracia española ser realmente inclusiva si las personas que sufren el racismo no tienen voz en las instituciones?
El racismo sistémico y la falta de políticas antirracistas en las instituciones españolas: un diagnóstico preocupante
Rita Bosaho es contundente en su diagnóstico: «El Estado social y democrático de Derecho en España, no considera la lucha contra el racismo como una prioridad y lo expreso con conocimiento de causa«.
De acuerdo a su análisis, en los poderes públicos se normalizan prácticas y comportamientos institucionales que justifican la discriminación racial, incluso amparándose en una supuesta «razón de Estado». Estas contradicciones entre el discurso oficial “antirracista” y la realidad de las políticas públicas generan una invisibilización política y epistemológica de la lucha contra el racismo. Para las personas migrantes y racializadas, esta situación se traduce en una desprotección y vulnerabilidad constantes.
A pesar de los esfuerzos de las organizaciones antirracistas por denunciar y combatir estas discriminaciones, Bosaho Gori advierte que el compromiso democrático del Estado con esta problemática y la implementación de políticas antirracistas es escaso y superficial. Así pues, ¿pueden sentirse realmente integradas y representadas las personas migrantes en un sistema que reproduce lógicas racistas?
La diversidad étnico-racial en las instituciones democráticas: avances frágiles y nuevas amenazas
Rita Bosaho reconoce que el ciclo político iniciado en 2015 supuso un pequeño avance en términos de diversidad y representación de personas de diferentes orígenes en las instituciones españolas. Por primera vez, perfiles que hasta entonces habían estado excluidos de los espacios de toma de decisiones accedieron a puestos de responsabilidad, abriendo una ventana de esperanza para la inclusión democrática.
Sin embargo, la exdiputada advierte que esta ventana se está cerrando rápidamente con el auge de la extrema derecha y sus discursos anti-inmigración. El señalamiento constante a las personas migrantes y racializadas como chivos expiatorios de las crisis sistémicas erosiona los frágiles logros en diversidad institucional.
Bosaho reflexiona sobre este retroceso: «Quiero expresar mi enorme preocupación ante la casi total ausencia de la diversidad y de personas racializadas con conciencia de clase en la lucha contra el racismo en los espacios partidarios y de representación políticos». También denuncia que las personas racializadas que acceden a cargos de responsabilidad encuentran resistencias, incomodidades y falta de apoyos en su labor. ¿Está la democracia española retrocediendo en su capacidad de incluir y representar a toda su ciudadanía diversa?
Propuestas urgentes para situar el antirracismo y las políticas antirracistas como prioridad democrática en España
Ante este preocupante diagnóstico, ¿qué medidas concretas propone para avanzar hacia la puesta en marcha de políticas antirracistas en España? En primer lugar, la exdiputada subraya la necesidad de generar más estudios y datos sobre la discriminación racial en nuestro país. Sin información rigurosa sobre el alcance y las consecuencias del racismo, difícilmente podremos diseñar políticas eficaces para combatirlo.
Bosaho Gori señala un déficit importante en este sentido: «A día de hoy, en el contexto español, no tenemos todavía un corpus extenso de estudios sobre la perspectiva étnica. Por tanto, a la hora de problematizar las prácticas sociales, políticas y jurídicas entorno a las cuestiones derivadas del racismo estructural o sistémico, nos faltan muchas herramientas para actuar». Por eso, defiende iniciativas pioneras como el Estudio de Aproximación a la Población Africana y Afrodescendiente en España o la recogida de datos desagregados por origen étnico.
En segundo lugar, en su artículo destaca la importancia de aprobar una ley integral contra el racismo en España, una demanda histórica del movimiento antirracista. Aunque reconoce los avances que supone la reciente Ley 15/2022 para la igualdad de trato y la no discriminación, Bosaho Gori considera imprescindible desarrollar una normativa específica que aborde el racismo en toda su complejidad. La exdirectora general confía en que el Anteproyecto de Ley Orgánica contra el Racismo, en cuya elaboración participó activamente, pueda retomarse y aprobarse en la próxima legislatura.
Pero más allá de los cambios legislativos, Rita Bosaho advierte que la lucha contra el racismo requiere una profunda transformación cultural e institucional. Por un lado, es urgente reconocer y reparar los daños históricos causados por el colonialismo, la esclavitud y otras formas de opresión racial que han configurado nuestra sociedad.
El debate sobre políticas de «Reparación», que ya está presente en la agenda internacional, debe abrirse también en España de cara al Segundo Decenio Afrodescendiente. Por otro lado, las instituciones democráticas deben dotarse de políticas antirracistas y mecanismos efectivos para prevenir y sancionar las discriminaciones raciales, como la futura Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y la No Discriminación prevista en la Ley 15/2022.
¿Puede la sociedad española hacer frente a su racismo estructural? Reflexiones para un futuro antirracista
El análisis de Rita Bosaho Gori no deja lugar a dudas: la lucha contra el racismo es una asignatura pendiente para la democracia española, una prioridad que no admite más demoras ni excusas. Como sociedad, debemos ser conscientes de que el racismo no es un problema del pasado ni una anécdota aislada, sino una realidad sistémica que permea nuestras instituciones y nuestra convivencia. Reconocer esta incómoda verdad es el primer paso para poder transformarla.
Las propuestas que recoge este artículo son un buen punto de partida, pero su aplicación efectiva requerirá un compromiso político y social mucho más amplio. ¿Están las instituciones españolas preparadas para asumir su responsabilidad histórica y presente en la reproducción del racismo? ¿Estamos las ciudadanas y ciudadanos dispuestos a cuestionar nuestros privilegios y prejuicios para construir una sociedad más justa? El futuro de nuestra democracia dependerá en gran medida de cómo respondamos colectivamente a estos desafíos mediante la aplicación de políticas antirracistas.
En este proceso, las voces y experiencias de las personas migrantes y racializadas deben ser centrales. Como nos recuerda Rita Bosaho Gori, la lucha antirracista no puede hacerse sin las personas que sufren el racismo en primera persona. Su participación activa en todos los espacios de decisión política y social es una condición imprescindible para avanzar hacia una verdadera igualdad.
Rita Bosaho Gori nos interpela a asumir un compromiso activo y permanente, haciéndose eco de una reflexión de Angela Davis: «Hay que actuar como si fuera posible transformar radicalmente el mundo. Y tienes que hacerlo todo el tiempo». Ojalá su legado y sus reflexiones nos inspiren a redoblar nuestro compromiso con una España diversa, inclusiva y realmente antirracista.
Fuente: https://blogs.publico.es/
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