El viaje hacia Europa es cada vez más difícil para los migrantes y solicitantes de asilo que intentan llegar a las fronteras españolas. La ciudad de Nador, en Marruecos, se ha convertido en un lugar hostil para quienes se ven obligados a llegar a nado o saltando la valla de Melilla. Los controles de documentación por perfil racial son uno de tantos dispositivos que Marruecos ha puesto en marcha para evitar que migrantes y solicitantes de asilo lleguen a las fronteras españolas.
Los migrantes que consiguen llegar a Nador tratan de sobrevivir en los bosques que rodean la ciudad, donde cada cierto tiempo la policía lleva a cabo redadas. Cuando la policía los atrapa, acaban en centros de detención o son trasladados de forma forzada lejos de la frontera. Alrededor de 300 sudaneses y chadianos se encuentran encarcelados en la prisión de Nador. Muchos de ellos están incomunicados dentro de la prisión, ya que no tienen dinero para hacer llamadas.
El Estado marroquí no tramita las peticiones de asilo de estos jóvenes; ni les ofrece refugio ni asistencia temporal. Desde ACNUR explican que se ha doblado el número de demandantes de asilo y refugiados desde 2020, calculan que actualmente hay unos 20.000 en Marruecos, y dicen no disponer de recursos suficientes ni medios para agilizar los trámites de asilo.
Al laberinto sin salida para conseguir el asilo y a la represión policial, se añaden los ataques racistas que sufren en las calles de Casablanca y otros puntos del país. Las últimas agresiones han colmado la paciencia de muchos. Hace unas semanas, más de un centenar de jóvenes sudaneses y chadianos varados en esta ciudad decidieron salir a manifestarse contra la violencia y contra la represión que sufren.
El número de personas que lograron llegar a territorio español cayó un 20% a finales de 2022, y en lo que va de año, las entradas han descendido un 50% respecto al año anterior. Desde 2018, España ha pagado más de 120 millones de euros a Marruecos para intensificar el control y frenar la llegada de migrantes. Además, la Unión Europea prevé inyectar más de 500 millones de euros al país magrebí hasta el año 2027.
A pesar de que se han conseguido algunos avances en el control de la migración, la situación de los migrantes en Marruecos sigue siendo dramática. Las autoridades marroquíes deben garantizar la protección y el respeto a los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su origen y estatus migratorio. Además, es importante que se abran vías legales y seguras para que los migrantes puedan pedir protección internacional y acceder a ella de manera efectiva.
FUENTE: https://www.eldiario.es/
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