“No pasa nada, igual que hay personas que no quieren animales, hay propietarios que no quieren inmigrantes… o niños, que también nos hemos encontrado algún caso alguna vez”. Esta es una de las respuestas que encontró una reciente investigación sobre racismo inmobiliario.
Cuando preguntó a las inmobiliarias que no quería inmigrantes el 62,3% aceptaron la petición sin reservas. Y el 23,7% le contestaron que ellos no los descartarían. El estudio, encargado por el Ayuntamiento de Barcelona, ha demostrado que el 86% de las inmobiliarias aceptan o facilitan el racismo en el alquiler.
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