Cerca de un centenar de vecinos de Tunte, la capital del municipio de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), montaron este miércoles barricadas en una de las calles del pueblo para oponerse a que se traslade a su antigua residencia escolar a un grupo de personas migrantes en cuarentena.
Han llegado al extremo de cortar la calle que da acceso a la residencia con contenedores de basura, depósitos de reciclaje de cartón y vidrio, ramas y restos de poda.
El acto xenófobo se convocó a través de redes sociales, mensajes de whatsapp y llamadas telefónicas, después de que llegara a la localidad la noticia de que la Delegación del Gobierno iba a trasladar allí a un grupo de migrantes subsaharianos en cuarentena que llegaron a la isla hace cuatro días, el pasado domingo.
La propia Cruz Roja ha explicado que las personas migrantes han dormido durante tres noches sobre el asfalto del muelle con mantas bajo el cuerpo y con dos carpas como techo o al raso. Además, solo contaban con cuatro baños químicos, sin duchas y con los contenedores de basura en el mismo espacio en el que duermen.
En algunos de los mensajes que han circulado en la convocatoria de esta protesta se alude a la condición de posibles portadores del coronavirus de las personas que van a pasar allí la cuarentena. Hasta el propio alcalde en funciones, Samuel Henríquez (Nueva Canarias), también se refiere a estas personas como «12 migrantes sospechosos de covid-19» a pesar de que ninguna de las personas migrantes ha dado positivo en las pruebas PCR.
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