“Ahora me da miedo salir sola a la calle, si veo un policía me pongo a temblar”, afirma a El Salto Gabriela González Sánchez. La noche del 11 de noviembre Gabriela acudió a una discoteca en Alcobendas (Madrid) para celebrar su aniversario de boda junto a su marido y unos amigos y acabó en el hospital por la brutal agresión policial que sufrió.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 12 de noviembre, en la calle Capitán Francisco Sánchez, en Alcobendas, cuando varios agentes de la Policía Nacional y Municipal desalojaban una discoteca ubicada en esa misma calle. Según la denuncia de Gabriela, los agentes separaron a hombres y mujeres para pedirles documentación. Tras identificar a Gabriela, de 54 años, y su amiga Alexandra, de 28 años, ellas esperaban a sus parejas y amigos en la puerta. Entonces, un agente les apartó con violencia.
“A mi amiga Alejandra la empujó un agente y, cuando estaba en el piso, la pateó”, recuerda Gabriela. “Me dejó el brazo con moratones, me pateó; hacía poco que me habían operado en la región abdominal y me asusté bastante por si se había dañado”, señala Alejandra.
Fue solo el principio. Ante la agresión sufrida por su amiga, Gabriela preguntó al agente de policía. “¿Cómo tratas a una mujer así? Eres un hijo de puta?”. “Después salió mi esposo y mis amigos, y al ver que estábamos discutiendo me sacó fuera. Les dije que nos estaban tratando peor que a animales y entonces vino otro policía”. Gabriela denuncia que el agente la empujó y la hizo caer contra un pivote de cemento.
“Cuando me levanté, sentí la cara helada por la sangre que me brotaba”, explica. Recuerda cómo su esposo la levantó y salieron tras los agentes de policía, que estaban volviendo a la discoteca, y a los pocos minutos se desmayó.
“Les pregunté cómo era posible que le hicieran esto a mi esposa”, señala, Fernando Miguel Falvy, marido de Gabriela, quien afirma que, cuando su mujer se desmayó, él y varias personas gritaron para pedir una ambulancia y los agentes de policía se la negaron.
“Usted cree que la policía matamos gente como en su país”, recuerda Falvy que le dijo uno de los agentes. “Los policías nos estaban discriminando por motivos racistas”, afirma Falvy.
Gabriela fue finalmente trasladada al Hospital Universitario Infanta Sofía. El parte médico detalla la herida de siete centímetros que presentaba en la mejilla como consecuencia de la agresión y necesita cirugía plástica tras recibir once puntos de sutura. “Un poco más y me destroza el ojo, la herida está casi desde el párpado hasta la nariz”. “Yo no soy la primera persona a la que le ha pasado esto, hay mucha más gente, pero por miedo no denuncian”, lamenta. “Yo sé mis derechos y voy a ir hasta el final”, añade.
SI HAS SUFRIDO O VISTO ALGÚN ACTO DE DISCRIMINACIÓN RACISTA DENUNCIA EN EL 900 20 30 41
FUENTE:
https://www.elsaltodiario.com/
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