La Casa Pumarejo de Sevilla se ha convertido en bastión de resistencia ante la exclusión social. Desde Poder Migrante tuvimos el gusto de entrevistar en exclusiva a Mujeres Supervivientes, extraordinarias mujeres que luchan en este espacio, abierto desde hace 20 años, desarrollando una encomiable labor de asistencia y empoderamiento.
Ellas conforman una comunidad de migrantes, españolas y víctimas de violencia de género que hallaron aquí un refugio para reconstruir sus vidas. Realizan actividades de contención para otras mujeres necesitadas y gestionan un comedor comunitario semanal que sostiene a numerosas familias sumidas en la precariedad.
Sin embargo, la remodelación anunciada por el Ayuntamiento siembra incertidumbre sobre su permanencia. Es por esto que recientemente lanzaron una petición online pidiendo claridad y garantías para seguir en la Casa Pumarejo, espacio indispensable para proseguir su loable labor.
En nuestra entrevista exclusiva, Mujeres Supervivientes nos hablan sobre sus actividades, el valor de este sitio para la comunidad, sus temores ante los planes municipales y la lucha por no perder este territorio que las acoge y empodera.
Tabla de contenidos
- Explicad brevemente quiénes sois Mujeres supervivientes
- Para contextualizar la petición en línea que acabáis de lanzar, empieza, por favor, por contarles a los lectores de Poder Migrante ¿Qué es la Casa Pumarejo?
- ¿Exactamente cuál es el plan del Ayuntamiento de Sevilla en relación con Casa Pumarejo?
- ¿Cuál es el objetivo concreto de la petición?
- ¿Cómo podemos ayudar, además de firmar la petición, para que Mujeres supervivientes pueda seguir en la Casa Pumarejo?
Explicad brevemente quiénes sois Mujeres supervivientes
Mujeres Supervivientes surge como un proyecto vital frente a la crisis, las violencias y la precariedad, juntando un puñado de arroz, lentejas y esperanza para sobrevivir en un país que nos daba la espalda y no apostaba por nosotras. Somos una comunidad de mujeres migrantes, españolas, víctimas y supervivientes de violencias de género. Somos profesionales expertas en Igualdad y violencia de género desde la interseccionalidad, que en su mayoría hemos superado la violencia, viviendo desde los márgenes, huimos de nuestros países por las guerras, la precariedad, la persecución política, el extractivismo, etc.
Hemos transitado esas violencias y ahora brindamos cobijo, solidaridad, afectos, atención a mujeres víctimas de violencias de género, y además brindamos alimentos a través de nuestro comedor comunitario al barrio. Creemos que comer es un acto político y también que sin alimento nos hay pensamiento, ni vida digna.
Conectada a nuestra labor activista y comunitaria, consideramos fundamental formarnos y compartir saberes; por eso, realizamos Seminarios, Jornadas y Talleres sobre los Derechos Humanos, sensibilización y prevención de la violencia de género, Derecho a tener Derechos como mujeres migrantes, sin ser criminalizadas, ni perseguidas por una Ley de Extranjería que nos impide tener una vida humana, plena y digna, así como acceso a la justicia y protección hacia nuestras vidas y la de nuestros hijos e hijas.
Para contextualizar la petición en línea que acabáis de lanzar, empieza, por favor, por contarles a los lectores de Poder Migrante ¿Qué es la Casa Pumarejo?
El dueño oficial es el Ayuntamiento de Sevilla, la Casa Pumarejo es un Palacio del Siglo XVIII, convertido en símbolo de las luchas sociales de Sevilla, contra la gentrificación y la especulación inmobiliaria. Espacio de resistencia feminista, diverso que lo integran y habitan diversos colectivos, tenemos 20 años de lucha, desde que se firmó el Convenio de ocupación de sus espacios para desarrollar distintas actividades sociales, culturales, de asesoría y acompañamiento frente a las necesidades más acuciantes del Barrio.
Nosotras somos uno de ellos, mujeres migrantes y feministas, hermanadas con nuestras compañeras y hermanas andaluzas, españolas y de otros territorios de Europa. Nosotras sólo hablamos en nuestro nombre, nuestro lugar de enunciación son los fogones que alimentan cada semana a las vecinas del Barrio, politizado el abandono y desafección del Ayuntamiento durante años. Dejando en el abandono y riesgo nuestras vidas.
Hace algunos meses, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, declaró a la prensa que las obras de rehabilitación se llevarían a cabo en breve, es UNA SOLA FASE, a los pocos meses plantearon que se llevaría a cabo en DOS FASES, lo cual nos parece más idóneo, de ser cierto este planteamiento, porque nos permitiría usar el espacio de la cocina que es en torno al cual gira nuestro proyecto vital de los fogones afectivos para sostener la vida de muchas mujeres en situación de paro, violencias y exclusión social.
Tenemos información, de la posibilidad de que algunos de los espacios de la Casa tengan otras finalidades, al parecer han cancelado los equipamientos para vivienda y esto también nos preocupa enormemente; dado la gran demanda de vivienda de parte de la ciudadanía que no alcanza a llegar a fin de mes.
Nosotras sentimos mucha angustia y temores de sus “planteamientos”, nos produce mucha incertidumbre, toda esta situación, ya que la Casa es el único refugio y amparo que sostienen y protegen nuestras vidas, como mujeres migrantes, venimos de historias de mucha violencia y abusos y no tendríamos a donde ir.
Nuestro miedo más grande es que nos “ECHEN” y no poder realizar nuestras actividades de servicio social al Barrio, a las mujeres y a la sostenibilidad de la vida. Además de que como mujeres migrantes, vivimos mucha desolación, no tenemos viviendas propias, empleos y salarios dignos, o “papeles”.
Si nuestra realidad fuese como, la de quienes nos critican, llaman “exageradas” o que ponemos en riesgo las obras, por haber politizado nuestros miedos y visibilizar nuestra existencia desde los márgenes a través de la petición de firmas, es porque ellos tienen estabilidad materializada en sus viviendas, empleos, autos, en su identidad de hombres blancos europeos, tienen documentación regulada y nunca han vivido las violencias con la misma saña y crueldad que nosotras, una agresión sexual, abuso, amenaza y explotación laboral como nosotras acá en España. Tenemos claro que politizar nuestra exclusión y marginación les interpela, incomoda y molesta.
¿Exactamente cuál es el plan del Ayuntamiento de Sevilla en relación con Casa Pumarejo?
Tenemos que aclarar, la petición se da exclusivamente desde ese acuerpamiento colectivo por el que apostamos cotidianamente, desde nuestra propia voz y nuestro derecho legítimo a hablar y a no ser censuradas y silenciadas.
Por tanto, hablamos, sólo como uno de los colectivos que habitamos, cuidamos y sostenemos la Casa con nuestro trabajo diario, de reproducción social, exclusión y resistencia; que es desde nuestro lugar de enunciación como mujeres supervivientes, de violencias de género y todas las opresiones que atraviesan nuestros cuerpos, desde una clase empobrecida, racializadas, sin empleos y salarios dignos, viviendo violencia estructural.
Este es un llamado al Ayuntamiento, de él queremos claridad, verdad, certeza sobre las obras, sus fases, sus tiempos, sus usos y garantizar nuestra permanencia en la casa, la casa del barrio y también nuestra casa-territorio, queremos que no nos instrumentalicen, que nos trate desde una igualdad y dignidad acorde a nuestros derechos humanos.
¿Cuál es el objetivo concreto de la petición?
Seguir habitando la Casa Pumarejo con garantías a través de un Convenio, que se renueve la cesión demanial lo antes posible, que podamos permanecer con garantías, durante y después de las obras de Rehabilitación.
¿Cómo podemos ayudar, además de firmar la petición, para que Mujeres supervivientes pueda seguir en la Casa Pumarejo?
Difundiendo, cuidando que no seamos reprimidas, invalidadas, silenciadas, reprendidas, amenazadas o agredidas, por tener el coraje de nombrar las cosas desde nuestro propio lugar, desde nuestro territorio-cuerpo y las narrativas inscritas en él, que nuestra voz sea escuchada, en nuestras historias se cultiva nuestra lucha.
Con apoyo moral, material, físico y si es posible económico. Este último no es imprescindible, pero si es importante. Ya que nos cuesta la misma vida sostener cada semana el comedor comunitario que brinda alimentos, cuidados, ternura, sentido de comunidad y pensamiento crítico al Barrio, a las jóvenes estudiantes, mujeres y hombres migrantes en exclusión, paro y precariedad, y demás cuerpos e identidades vulnerabilizados, entre ellos y especialmente las mujeres víctimas de violencia estructural, etc.
Firma la petición online de Mujeres Supervivientes»
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