El pasado jueves 16 de febrero, una mujer colombiana fue detenida por la Policía Nacional por abandonar a su hija de cuatro años sola en casa mientras ella se iba a trabajar. La menor fue encontrada llorando por un vecino del edificio en el distrito madrileño de Ciudad Lineal, que alertó a la policía, según informan algunos medios. Cuando los agentes llegaron a la vivienda, encontraron a la niña sola, en un entorno de insalubridad. Los agentes llevaron a la menor a un centro de acogida.
La madre, de 27 años y en situación irregular, trabajaba en un pub-discoteca en Villaverde, al sur de Madrid, y dejaba a su hija sola durante su jornada laboral, que iba de las 22:00 a las 4:00. Los agentes la arrestaron por un presunto delito de abandono de menores y también se le imputa la infracción administrativa de la Ley de Extranjería.
La niña sigue en el centro de acogida, y la comisión de tutela estudiará todas las circunstancias antes de decidir si la niña queda bajo la tutela permanente de la Comunidad de Madrid.
Es importante dejar claro que la seguridad y el bienestar de los menores son responsabilidad de los padres y que no se justifica dejarles solos sin la atención y cuidado de una persona adulta.
Sin embargo, la historia de esta madre colombiana detenida por abandonar a su hija de cuatro años durante su jornada laboral no es más que la punta del iceberg de una situación que viven muchas mujeres migrantes irregulares en nuestro país.
Estas mujeres, que muchas veces llegan a nuestro país huyendo de situaciones de pobreza y violencia en sus lugares de origen, se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad debido a su situación irregular.
Son mujeres, sin recursos, sin redes de apoyo y sin la posibilidad de regularizar su situación, se ven abocadas a trabajos precarios y mal remunerados, que no les permiten conciliar su vida laboral y familiar.
En muchos casos, como el de la mujer detenida, se ven obligadas a dejar a sus hijos solos en casa durante largas horas mientras acuden a trabajar, sin poder garantizarles las necesidades básicas como la alimentación, el cuidado y la protección.
Esta situación de precariedad y vulnerabilidad, no solo pone en riesgo a las mujeres migrantes y sus hijos, sino que también las expone a la criminalización y la violencia institucional.
Como se ha podido ver en el caso de la mujer detenida, además de enfrentarse a cargos de abandono de menores, también se le ha imputado la infracción administrativa de la Ley de Extranjería, lo que puede llevar a su deportación y a una mayor vulnerabilidad.
Es importante tomar conciencia de la realidad que viven estas mujeres y sus hijos para poner en marcha medidas con tal de garantizar sus derechos y protegerlas de la vulneración de los mismos. Es necesario que se abra un debate sobre la regularización de las mujeres migrantes y se les facilite el acceso a los recursos básicos, como la vivienda, la alimentación y el cuidado de sus hijos.
También es fundamental garantizar la protección y el apoyo a las mujeres que sufren situaciones de violencia de género y garantizar su acceso a los recursos y servicios de atención y prevención.
Es necesario que se ponga fin a la criminalización y la violencia institucional y se abra un debate serio y riguroso sobre la vulnerabilidad de las mujeres migrantes y sus hijos para garantizar su inclusión y su bienestar en nuestro país.
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