“No vas a durar mucho […] los hijos de puta como tú no deberíais ni respirar. Vigila por ahí”. “Ojalá os deporten a todos putos menas de mierda. Solo hacéis que robar. Como te vea te envío de vuelta a tu país”. Son algunos de los mensajes en Torredembarra (Tarragona) que Rashid —nombre ficticio— ha ido recibiendo en redes sociales las últimas semanas y que El Salto ha desvelado en sendo reportaje.
Todo empezó la tarde del jueves 18 de febrero, cuando un grupo de Torredembarra (Tarragona), se concentraba para reclamar «soluciones» ante la creciente «inseguridad» que estaban viviendo.
Al poco tiempo un grupo de alrededor de 50 manifestantes se dirigía a la casa ocupada a la que muchos achacaban esa «inseguridad«. Allí llevaban meses viviendo seis jóvenes migrantes, la mayoría extutelados. “Ahora vamos ahí donde viven ellos, ahí a tocar los huevos ahora”, decían.
Abdel —nombre ficticio para proteger su anonimato— y su primo fueron los primeros en entrar en la casa que más tarde generaría tanta discordia, porque la alternativa era la calle en pleno invierno y en plena segunda ola de covid en España. La vivienda estaba en estado de abandono y llena de muebles y cristales rotos, cajas, papeles y todo tipo de objetos tirados por el suelo: “La encontramos muy sucia y la limpiamos toda, los dos pisos”.
Tampoco tenían agua corriente, así que para ducharse tenían que calentar en cazuelas el agua que hubieran podido almacenar y echársela por encima, o conseguir que alguno de los otros jóvenes migrantes que sí que viven en pisos les dejaran ir para asearse.
El 18 de febrero por la noche, el grupo de manifestantes en Torredembarra había decidido tomarse la «justicia» por su mano y llegaba a esa casa profiriendo gritos, pero un cordón policial la estaba protegiendo en ese momento y ninguno de los jóvenes migrantes se encontraba allí, ya que habían sido alertados de lo que podía pasar.
El grupo siguió su caza y acabó atacando a dos menores del centro de acogida de la misma localidad, profiriéndoles tal paliza que ambos acabaron en urgencias en el hospital. Uno de ellos tiene la nariz rota y ahora está pendiente de ser operado, según afirman desde el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat.
Pero eso no fue todo, sin éxito en la casa ocupada, enfocaron su punto de mira al centro de acogida y destrozaron la entrada, rompiendo varios cristales. En ese momento había trabajadores y menores allí, y tuvieron que esconderse. “¿Qué culpa tienen los menores del centro?”, reivindica Rashid.
El de Torredembarra es el cuarto ataque a centros de acogida de menores migrantes en Catalunya en los últimos tres años. No ha trascendido la detención de ninguno de los atacantes.
LEER EL REPORTAJE COMPLETO:
https://www.elsaltodiario.com/cataluna/los-hijos-de-puta-como-tu-no-deberiais-ni-respirar-la-persecucion-racista-a-jovenes-migrantes-
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