Debido a la Ley de Extranjería, las personas migrantes en situación irregular no pueden acudir a la policía a denunciar un delito porque corren el riesgo de terminar con una orden de expulsión, lo que les deja en una situación de vulnerabilidad.
“Le conté al médico que me habían pegado, sin embargo, en el parte médico se indicó que me había dado un golpe contra el suelo, por indicaciones de los agentes”. Además, la víctima denuncia que le rompieron cuatro muelas por los golpes recibidos en la cara.
La vicepresidenta y consellera de Igualdad, Aitana Mas, ha avanzado en sus redes sociales que se ha enviado una inspección de Sanidad para “evaluar la situación”. “Nuestra posición siempre ha sido clara: los CIEs no deberían existir. Son todo el contrario a la inclusión”
Migrantes retenidos en el CIE de Valencia inician una huelga de hambre para denunciar las pésimas condiciones en que están, sin agua potable para beber y comida en mal estado. Prueba de ello es un vídeo en el que se puede apreciar comida con gusanos.
Las oficinas de extranjería de la Comunitat Valenciana son las peores de España. Deniegan trámites sistemáticamente y actúan de forma indebida. Lo denuncian los propios abogados de extranjería y hacen cómplice directa a Gloria Calero, delegada del gobierno, por omisión o por incitación.
Los más de 7 mil afectados no consiguen regularizar su situación de asilo pues, para más inri, casi no hay citas disponibles y solo hay una delegación de la Policía Nacional para atender las solicitudes.
A pesar de que la Policía anunció que un nuevo sistema “más seguro” ya “estaba listo”, nadie ha podido conseguir cita en este tiempo. ¿Qué hacer si perdieron tu solicitud o quieres pedir asilo en Valencia?
Un “error informático” provocó que se perdieran todas las solicitudes de protección internacional registradas en València desde el día 28 de enero pero lejos de simplificarse el procedimiento para enfrentar el colapso, se ha vuelto más rígido y los requisitos más complicados.
“Seguimos insistiendo en una regularización ya para que puedan empezar a cotizar, tener trabajos con sueldos dignos y salir del agujero donde algunos mueren. Son personas y merecen derechos. Estas no son condiciones para ningún ser humano”
En un sótano oscuro en el que apenas puedes erguirte, la vida de Abraham se apagó poco a poco. Estuvo tres días sin poder levantarse del suelo, postrado por el cáncer. Deja en Ghana a su mujer y a sus tres hijos, el más joven un nene de menos de dos años